viernes, abril 09, 2004

Cine: "Big Fish" de Tim Burton.

Es un poeta de la imagen. Un espíritu fantástico, también un poco fantasmal. Que ama las nieblas que se levantan en los bosques y las extrañas criaturas que ahí pueden vivir y viven, alejadas de los ojos de los prosaicos.
Lo improbable, incluso lo muy improbable, puede ser cierto. La vida no está solamente constituida de la plana realidad. Lo ficcional puede encarnarse. Ante los ojos atónitos del hijo, todos los seres, todos los hechos surgidos de la fantasía del padre, vienen a juntarse en una ceremonia de despedida. Hay bondad. solidaridad, colaboración en la película. No hay maldad. Ni una sola acción viene precedida ni por el odio, ni por la envidia, ni por la avaricia.
El padre es el gran pez que no puede ser pescado. El superviviente: el mito.
Y los que en la penumbra del cine gozamos y sufrimos con sus avatares, nos sentimos unidos por las lágrimas que corren, reales y no ficticias, porque deseamos creer que es cierto lo que nos cuenta la ficción. Esa es la magia del cine.
Magnífica banda sonora, como siempre, de Danny Elfman.

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